Pero a lo que íbamos, desde hace ya unos años he observado como en nuestro país vecino se estaba produciendo un extraño cambio en todos los centros dedicados a nuestro oficio. Curiosamente, centros de reconocido prestigio -en la ciencia de la leche- optaban por hacerse más generalistas y aparte de cursar lactología, añadían orientaciones alimentarias en diferentes vertientes.
Tarde en entender este fenómeno. ¿Porqué renunciaban a esa especialización que aseguraba la colocación del 100% de sus egresados?.
Pero como el tiempo nos hace más “sabios” (o más idiotas) antes de matarnos, empecé a entreveer la razón de la mente maestra que motivó esta evolución. La industria láctea francesa, había alcanzado una dimensión de cierta prepondorerancia en los países mediterráneos, pero necesitaba dar un salto disrruptivo.
Los técnicos de la antigua escuela, seguro que tenían un mejor conocimiento en el sector; habían tenido a profesores con experiencia y dedicación, habían realizado prácticas en plantas piloto envidiables, habían hecho uno o dos stages en empresas del sector y sobre todo, habían respirado lechería durante los mejores años de su vida. Siempre que coincides con uno, a los cinco minutos acabas hablando de queso.
Pero hacía falta otra generación de técnicos, unos que tuvieran una visión global y que pudieran saltar de sector para ver que había más allá de los verdes prados de Bretaña. De ahí, esa marcha atrás en la hiperespecialización.
Cuando empecé a escribir este blog, tuve que recorrer este mismo camino, al principio escribía sobre todo de leche o de innovación, pero enseguida tuve que ir diversificandome; el traje se me quedaba curiosamente pequeño, después descubrí que la frontera de lo lácteo simplemente no existía. En mi colección de rss empezaron a aparecer fuentes de noticias de los ámbitos más diversos, y es que no solo globalizamos mercados, en la sociedad de la información todo nos afecta, y a todo podemos afectar.
Las tendencias específicas del mercado en lácteos, casi no existen como tales; a mayores, en nuestros intercambiadores de calor podemos tratar caldo de pollo y nuestros quesos se venden en platos precocinados. El mejor ejemplo es la leche de soja que hemos acabando incorporando como complemento a nuestra actividad fabril, metiendo al diablo dentro de casa.
Un lio que necesita una visión menos láctea y más alimentaria… . Aunque en el futuro estas “nuevas empresas” coexistirán con otras apasionadamente especializadas en nuestros maravillosos productos lácteos.
Y ahora… ¿cómo enlazo con lo de la autocensura y el sofá de casa?.
La autocensura viene de como se propaga este blog a través de linkedin y de facebook. linkedin es la red de los profesionales, está bien ya que permite una interesante interacción con tus iguales. El resultado es que en el conjunto de mis aportaciones (posts incluidos) me limito casi siempre a cuestiones lácteas.
Facebook, ya sabéis, es menos reflexiva, permite una cierta libertad que se agradece en nuestra claustrofóbica sociedad. En Facebook, Casi Todo Lácteo es menos lácteo y creo que más colorido.
Y ahora el sofá: espero que hayáis leído este post en un cómodo sofá y no en vuestro puesto de trabajo, estaríais penalizando vuestra productividad J. Yo lo he escrito en uno que no está mal.
Pd.- La postura de los franceses creo que aún no es aplicable en España, pienso que seguimos necesitando mucha formación láctea, cuando hayamos fortalecido a nuestro sector en interno, ya hablaremos… .
Otra oportunidad para escuchar a ZAZ, me encanta.
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