En estos últimos tiempos hemos observado como la responsabilidad de nuestra salud ha derivado desde el entorno hospitalario al de nuestra forma de vida; la mayoría hemos asimilado la necesidad de desarrollar un conjunto de buenas prácticas que nos eviten las visitas a los centros de salud, cuidando nuestra alimentación, evitando hábitos perjudiciales como el tabaquismo (jajaja)… y realizando algún tipo de actividad física.