Ya sabéis que ando extremadamente preocupado por el desánimo de nuestros productores, que ni aún con precios de leche elevados en los mercados internacionales y un cierto repunte en el pago de sus producciones, levantan cabeza. Todo ello en un entorno lleno de incertidumbres, con el preludio de la tragedia griega; de continuar, el fuego de artificios puede ser global.