Aunque este blog no pretende tener ningún cariz político, hoy no he podido sustraerme a las noticias que marcan la actualidad, a los dimes y diretes causados por el sorprendente anuncio –a 9 meses vista- de la subida del IVA. No entiendo el interés de tener a la población encabronada con tanta anticipación, salvo que se prevea que la subida se vaya a adelantar debido a algún "imponderable".
En fin, nuestros líderes actuales tienen una dura situación por delante, lo asombroso es que nos extrañemos de las medidas que se están adoptando. Hombre, hay cosas que chocan, que se sigan haciendo AVES en rutas que casi no van a llevar pasajeros o que se continúen obras faraónicas, construyendo edificios que no tienen ni sillas para escuchar a un premio Nobel… pero unos falsos techos magníficos.... y hombre, ¡algún uso habrá que darle al buque insignia de la cultura gallega!.
Es lo que hay… también choca la ceguera de algunas organizaciones que no toman medidas con lo que se nos viene encima y continúan ajenas a la imperiosa necesidad de optimizar costes y procedimientos; ni la actitud de algunos de los que aún mantenemos el puesto de trabajo, pensando que podemos continuar con los privilegios de cuando éramos ricos y que nos ensañamos cuando alguien intenta poner un poco de sentido a algunos de los sinsentidos nacidos en la época de las vacas gordas, pensando que el entorno no va “conmigo”.
En paralelo, se están produciendo claras injusticias y abusos en aquellos colectivos más frágiles, en búsqueda de empleo o con trabajos precarios, así como con organizaciones, de carácter "estratégico", de las que puede depender el futuro de nuestra sociedad, confundiendo gasto con inversión.
Los recortes con hacha son básicamente destructivos, con bisturí son solamente dolorosos.
Como esto de la economía es muy complicado para mí, no intentaré esbozar ninguna explicación sobre el origen ni sobre el desarrollo de esta crisis en VL. Pero, si casamos nuestra actual coyuntura con el tantas veces anunciado agotamiento de recursos no renovables y el declive del Antropoceno, daría la impresión que en realidad todo ha sido promovido por una mente maestra que nos está conduciendo a una situación en la que deberemos minimizar el consumo de recursos no renovables, optimizar las actividades y reducir, recuperar y reciclar nuestros residuos.
Queramos o no, se nos está diciendo que si no somos buenos por las buenas, lo haremos por la simple razón de que no que no nos podemos pagar otra forma de ser. Que en este mundo finito no se puede seguir creciendo indefinidamente, salvo por los malabarismos contables de algún economista desquiciado.
Y una pincelada láctea (que no se diga), ¿hasta cuándo vamos a poder seguir produciendo leche en base a alimentos traídos desde el otro lado del Atlántico?. ¿Hasta cuándo vamos a poder seguir plantando pinos en pastizales?. ¿Hasta cuándo vamos a seguir utilizando sistemas ineficientes de transformación?. ¿Hasta cuándo vamos a poder seguir carretando leche y productos acabados de alta humedad por media Europa?. ¿Hasta cuándo…?.
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