Innovación y envases en lácteos.

Con mucha frecuencia oímos a alguna empresa comentar que sus últimas innovaciones residen en que han incorporado una nueva línea de envasado para sus productos tradicionales. Pero hasta donde, esta, es una innovación o un simple cambio de estética.

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Para responder a esta pregunta, quizás debiéramos recordar que funciones debe satisfacer un envase y posteriormente analizar si se han producido mejoras sustanciales en algunas de estas características.

Según Ángel Luis Cervera el envase debe:

-         -  Contener el producto en dosis razonables y permitir su manipulación, almacenamiento, transporte, venta y consumo… .

-          - Identificarlo y diferenciarlo de sus competidores.

-          - Proteger su integridad, evitando manipulaciones…. pero también evitando perjudicar al consumidor y al medio ambiente (con especial atención a la huella de carbono.

-          - Conservar las propiedades y características de calidad, lo que es de especial importancia en los alimentos en general y en los lácteos en particular.

-          - Acondicionar el producto para su transporte durante toda la cadena comercial, evitando devoluciones… .

-          - Proporcionar un valor añadido, mediante informaciones y haciéndolo deseable a os consumidores. Pudiendo incorporar bonos, vales regalo… .

En nuestro sector, cada vez es más importante incorporar otras premisas como pueden ser.

-         -  Informar del lote lo que permitirá su trazabilidad.

-          - Analizar el estado de conservación del producto mediante etiquetas inteligentes, lo que redundará en evitar el desperdicio de lácteos en buen estado.

-          - O coadyuvar a la conservación o en su caso a la evolución natural de los alimentos mediante envases activos. Un ejemplo muy significativo es la de permitir, o no, la maduración de los quesos.

Así pues el envasado, como tal, cumple funciones tan importantes como muchas de las etapas de producción y  las modificaciones que realicemos sobre esta etapa deben de tener que ser consideradas con suma atención, ya que existen muchas posibilidades de echar a perder, en esta fase, los esfuerzos realizados durante el proceso productivo. Fabricar productos estériles sin contemplar un correcto envasado, no tiene sentido; tampoco lo tiene incorporar sistemas abrefácil que no sean operativos.

En nuestro sector, existen productos en los que una buena parte de la inversión y de los gastos de operación se centran en esta fase; en la empresas dedicadas a los productos de larga vida es evidente que el punto crítico es el envasado y sino que se lo pregunten a Tetra. Pero no es el único caso, ya que en casi cualquier decisión de lanzamiento de nuevos productos, es necesario contemplar que posibilidades tenemos de introducirlo en un envase atractivo, de no disponer del mismo, ¿cuánto cuesta incorporar la necesaria envasadora… a la empresa?.

El hecho es que ciertos productos están extremadamente asociados a algún tipo de envase y que si la empresa se pasa de “innovación”, incorporando envases rompedores, corre el riesgo de despistar al consumidor. Por el contrario, el inmovilismo el los envases, pueden dar a los productos un aire viejuno o de menor calidad.

En este juego de no quedarse atrás ni pasarse de vueltas, los líderes juegan un papel esencial ya que marcan tendencias mediante su agresiva comunicación en medios. Una vez marcado el camino… a veces no queda más remedio que tomar medidas.

Existen sin embargo tendencias claras en las que podemos casi olvidarnos del posicionamiento actual del nuestra competencia directa, y que quizás puedan permitir a nuestros productos diferenciarse, mejorar su funcionalidad o precio de forma sustancial.

- Entre estas se encontraría en primer lugar el precio del envase, que todas las familias quieren llegar a fin de mes y a veces hay más plástico que proteína.

- La segunda es el medio ambiente.

- La tercera es la propia estructura de las unidades familiares, lo que exige diversificar tamaños, sin que esto repercuta en el coste de la ración.

- Y la cuarta es la aparición de nuevas posibilidades, que rompen con los estereotipos pero que pueden llegar a crear -para nuestros nuevos productos- un segmento diferenciado.

De todas formas, centrar todos los esfuerzo innovadores de las empresas en sus tecnologías de envasado tiene tan poco sentido que no prestarles ninguna atención. Pensar que por tener un envase atractivo se va a vender más es como mínimo atrevido, siendo necesario llegar a un equilibrio en la innovación entre continente y contenido.