Gracias a un enlace de linkedin llegue a un interesante entrevista con los profesores Gary Pisano y Willy Shih, en la que hacen una reflexión sobre la necesidad de mantener las capacidades productivas en USA, como motor de la innovación, ya que de esta manera se está más cerca de los problemas técnicos y, entre otras ventajas, es más fácil dar el paso al desarrollo de tecnologías derivadas.
Este artículo me ha hecho adecuar el concepto a nuestra realidad, ya que tiene una derivada en los centros tecnológicos, haciéndome ver una de las grandes limitaciones de estas instituciones y de las relaciones con sus clientes.
Aquí no se trata de que la innovación empresarial se traslade a China para producir pantallas planas, como se cita en el artículo. De lo que me gustaría que habláramos es del proceso, más modesto geográficamente y de contenido, que se produce cuando una innovación sale de un centro de investigación para llegar a las empresas de su entorno.
En realidad, las distancias no importan demasiado, ya que cuando la innovación parte a una empresa láctea, generalmente se le pierde la pista, salvo para solventar algún problema puntual y la relación con el día a día de la empresa desaparece durante meses o años.
Las implicaciones son claras, el investigador que durantes meses ha estado sumergido en un proceso o tecnología, deja de pensar en ella y por su parte en la empresa lechera el problema pasa a ser de producción, dejando muchas veces a su propio I+D al margen; con lo que los procesos de mejora continúan se pierden lamentablemente hasta que el mercado impone una reformulación (sobre todo para abaratar costes y poder ser cedida a la MDD de turno).
Quizás, fuera bueno, diseñar una estrategia de seguimiento de las innovaciones por parte de los investigadores externos (con nombre y apellidos) de forma que las transferencias a las empresas fueran acompañadas durante un periodo de tiempo razonable y con una sistemática que permitiera un contacto directo con las unidades fabriles.
Este planteamiento permitiría una entrada de financiación más estable para los centros de investigación y una mejora de los resultados directos e indirectos para sus clientes. El problema radica, como siempre en la escasez de senirors en los centros y en la necesidad de centrar esfuerzos en nuevos proyectos.
Me gustaría saber cual sería a receptividad de las empresas ante este tipo de planteamientos, ¿se comprenderían su coste y sus ventajas?.
Otra derivada del mismo problema la podríamos analizar en el éxito de algunos spin-off, en los que estas relaciones no se suelen ver discontinuadas, con lo que su capacidad de evolución tecnológica o de generación de caminos paralelos tampoco se ve afectado.
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