Con demasiada frecuencia nos enfrentamos a situaciones enquistadas a las que difícilmente vemos salida.
Una primera muestra es la actual situación económica, en la que nuestros sesudos gobernantes recortan sin freno gastos “superfluos” para satisfacer a los intereses de los mercados. Desgraciadamente la crisis de la que teníamos previsto salir en un añito, ahora parece que se prolongará años, los mecanismos de corrección utilizados por todas las economías han tenido escasos frutos, pero continuamos dale que dale. Como dijo Delors, sobran bomberos y faltan arquitectos.
Salvando las distancias, un problema parecido lo tenemos en nuestro sector, casi siempre en crisis y con carencias que no hacen más que acentuarse con el paso del tiempo. Mientras, en buena parte de las ocasiones se continúan ensayando soluciones parecidas con resultados similares, apagando fuegos o esperando a un comprador con "posibles".
En ambos entornos se han heredado rémoras del pasado con un contextos de escasa innovación. Situación que nos debería simplificar las posibilidades de sorprender a los "mercados". Por lo tanto, quizás, debiéramos probar con alguna estrategias radicalmente nuevas; aún a riesgo de equivocarnos.
En ambos entornos se han heredado rémoras del pasado con un contextos de escasa innovación. Situación que nos debería simplificar las posibilidades de sorprender a los "mercados". Por lo tanto, quizás, debiéramos probar con alguna estrategias radicalmente nuevas; aún a riesgo de equivocarnos.
Adaptando la metodología de Luke Williams, lo primero sería establecer el área en la que todos estamos atrapados y en la que poco ha cambiado en los últimos tiempos. Aquí tenemos numerosas opciones para elegir, desde la propia producción de leche hasta la comercialización… . Todos estos aspectos han sufrido indudables procesos de modernización y adaptación a nuevos entornos regulatorios y tecnológicos, pero en lo sustancial, ha habido muy pocos cambios radicales y todos en las mismas direcciones.
Deberemos preguntarnos si el rendimiento en estas áreas es el que debería ser o si es similar al de otros sectores o actividades relacionadas. La contestación en muchos de los posibles temas es obvia.
También tendremos que darle un poco de perspectiva, y ver como se está evolucionando, o si simplemente todo parece igual mires donde mires.
A partir de que tengamos identificada nuestra área de actuación, deberemos preguntarnos a diferentes niveles (poniendo un ejemplo):
¿Cómo se puede alterar el panorama competitivo del sector lácteo mediante una solución inesperada?
¿Cómo podemos alterar el entorno competitivo en las queserías con una solución inesperada?
¿Cómo se puede alterar el panorama competitivo en los quesos tradicionales al ofrecer una solución inesperada?
Aquí según Willians, los problemas de alto nivel, son solo eso, de alto nivel. No siendo necesario, ni recomendable, concretar los esfuerzos en problemas concretos.
Siguiendo con la metodología propuesta, el siguiente paso es buscar los cliches en los que se basan las estrategias empresariales. De tanto observarnos unos a otros, casi todos pensamos lo mismo y aplicamos las mismas estrategías.
Los tópicos los deberemos buscar en:
Los tópicos los deberemos buscar en:
Clichés del producto/tecnología: ¿ Cuales son los procesos típicos de producción?. ¿Cuáles son los atributos típicos del producto?. ¿Dónde están las áreas cliché en el que compite nuestro producto?, clientes típicos, geografía típica y el tamaño del mercado típico.
Clichés interacción: ¿Cuáles son los pasos cliché que un cliente experimenta a la hora de comprar y consumir nuestros productos y servicios?, ¿Como es la interacción?, ¿Con qué frecuencia los clientes compran o usan?.
Clichés de precios: ¿Cuáles son las estructuras típicas de precios del segmento?, de sus productos y servicios. ¿Son productos estandarizados o la fijación de precios se realiza de forma individual?. ¿Se están cobrando al cliente directamente o a través de un socio comercial? ¿Se están ofreciendo descuentos u otros incentivos?.
Una vez que ya tengamos la lista de tópicos, llega el momento de establecer mecanismos para derrumbarlos, sin miedo de los tabús, que para eso están, para perderles el respeto. Es vuestra oportunidad de utiliza “y si”.
¿Qué se puede negar?, invertir o cambiar de escala..., ¿Con quién?.
Si tenemos mucha imaginación y un poco de suerte, encontraremos algunas hipótesis que nos permitan iniciar el camino, aunque de entrada nos parezcan inviables. En esta sociedad en plena mutación, el término imposible deja de tener demasiado sentido, negando la existencia de ningún punto fijo.
Si tenemos mucha imaginación y un poco de suerte, encontraremos algunas hipótesis que nos permitan iniciar el camino, aunque de entrada nos parezcan inviables. En esta sociedad en plena mutación, el término imposible deja de tener demasiado sentido, negando la existencia de ningún punto fijo.
Eso sí, nuestras hipótesis deberán, como siempre, tener en consideración a nuestros futuros clientes, aunque quizás no tengan que ser los de siempre.
Si a alguien le apetece devanarse el seso, ya sabéis en Linkedin en el grupo de Maestros Queseros & Dairy Industry Passionate, si no estáis apuntados, a qué esperáis...
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