Durante esta semana hemos oído que las cosas no van bien en nuestro PIB tras caer el cuarto trimestre un 0,3 %, primera condición para que entremos en un periodo de recesión. Pero para que suframos lo que los economistas llaman estanflación, esta situación deberá ir acompañada de una inflación más o menos pronunciada; para lo que contamos con el siempre socorrido petróleo que anda tentando el techo de los 120 $ y con la inestable situación en oriente medio.
Ante esta coyuntura, el público aplaude con frenesí y sufre una fiebre compradora que arrasa con nuestros lineales.
De todas formas el sector de la alimentación no tiene queja, hay que comer todos los días y por lo tanto, seguiremos consumiendo alimentos, más o menos diversificados, aunque sean de marca de distribuidor.
Si a este panorama le sumamos los problemas de financiación, el resultado no anima a emprender nuevos negocios o a expandir los ya existentes, a pesar que ideas nunca faltan y ganas… "si por mi fuera"… . Pero entonces, si hay ideas y ganas, que más nos puede faltar…, ¡dejémonos llevar por el corazón!, sobre todo teniendo en cuanta los ánimos que nos da el gobierno para “emprender”.
En cuanto a las ideas, nos pueden quedar dudas de si son realmente buenas, de si cuajarán... pero siempre puedes utilizar tus contactos para matizarla; la prueba es que hasta los más grandes están dispuestos a abrir su juego. De hecho existe ya toda una tendencia capaz de facilitar este proceso completamente en abierto o con mayor discreción, proceso en el que puedes encontrar compañeros de viaje que llenen tus lagunas.
Hasta ahora, estos encuentros de complementarios, no era tarea fácil. Los buenos estaban demasiado liados, hoy muchos de ellos se encuentran en tu misma tesitura, con lo que... la primera barrera debería ser fácil de salvar.
Y una vez redondeada la idea, solo queda ponerla en práctica.
Así que, sin más dilación, abrimos nuestro programa favorito para hacer planes de empresa y empezamos a dibujar el muñeco. Como siempre, las muchas incógnitas se resuelven de un plumazo con un poco de imaginación (que luego afinaremos), pero al llegar a la casilla de financiación… ¡otra vez la financiación! y crujido en el lóbulo temporal… .
En cuanto a las ideas, nos pueden quedar dudas de si son realmente buenas, de si cuajarán... pero siempre puedes utilizar tus contactos para matizarla; la prueba es que hasta los más grandes están dispuestos a abrir su juego. De hecho existe ya toda una tendencia capaz de facilitar este proceso completamente en abierto o con mayor discreción, proceso en el que puedes encontrar compañeros de viaje que llenen tus lagunas.
Hasta ahora, estos encuentros de complementarios, no era tarea fácil. Los buenos estaban demasiado liados, hoy muchos de ellos se encuentran en tu misma tesitura, con lo que... la primera barrera debería ser fácil de salvar.
Y una vez redondeada la idea, solo queda ponerla en práctica.
Así que, sin más dilación, abrimos nuestro programa favorito para hacer planes de empresa y empezamos a dibujar el muñeco. Como siempre, las muchas incógnitas se resuelven de un plumazo con un poco de imaginación (que luego afinaremos), pero al llegar a la casilla de financiación… ¡otra vez la financiación! y crujido en el lóbulo temporal… .
Nos revolvemos en la silla y nos reaseguramos en la afirmación: en tiempo de crisis es cuando aparecen las mejores oportunidades. Que con el conocimiento o/y la experiencia que tenemos, lo deberíamos tenerlo chupado, ¡tiene que haber una salida!… . ¡Otro café!.
Y regresamos a la hoja de cálculo y empezamos a darle vueltas a las casillas que ya están cubiertas y empezamos con los “y si”. Y si en vez de hacerme una nave, alquilo una de las muchas que hay por ahí, y si compro el material de segunda mano, y si no me compro la furgoneta… . Y si … ¡paso de la puñetera fábrica!.
Porque, al final para que quiero la fábrica… .
Hablando hace unos días con un conocido empresario, me comentaba que la línea de producción estrella de su empresa solo funcionaba 15 días al mes. ¿Será una excepción?... . Habría que preguntarle a tetra la capacidad sobrante en UHT, la de las quesería me la imagino…, de las de mantequilla mejor no hablar; en leches fermentadas, ahora se reabre una puerta.
La lógica es aplastante. Si en estas empresas con capacidad sobrante se permiten el lujo de trabajar a MEDIO gas, algo está pasando… o bien, es que este sector es mucho más rentable de lo que parece o es que aquellos que les podrían dar ocupación no se han atrevido a plantearles su necesidad. En teoría, si tu producción contribuye a sus fijos… salvo la miopía y la necesidad de un documento robusto que establezca las reglas de la colaboración, ¿cual es el problema para no llegar a algún acuerdo?.
En buena parte del resto de los gastos iniciales, seguro que también se podrían encontrar atajos. Pero claro, si entras en esta lógica, el peligro de desvariar es función de la cafeína que ya te has tomado.
Me temo que este camino está lleno de trampas, pero también de posibilidades… ¡vivir peligrosamente!.
continuará...
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