Gracias a Fiancial Food me enteré que “El gasto en alimentación cayó un 8,1% en enero” y al tiempo que recientemente abrió el mayor centro comercial de España, la contradicción de ambas noticias merece ser comentada...
La primera noticia no me sorprende ya que la población ha dejado de crecer (sin contar a los inmigrantes sin papeles que han abandonado España) y la consabida crisis…, que no perdona. Las familias hacen compras más pequeñas y ya no se tira nada (lo habíamos comentado en otro post, perdonadme que no lo enlace).
Según la noticia, de nuestro sector solo se salva el queso que sube un 1,4 %, mientras que la leche esterilizada continua su caída con un -3,4 %.
La segunda no sorprende a los productores primarios y a los industriales del sector: Las grandes cadenas para aumentar su facturación y cuota de mercado se ven abocadas a incrementar sus puntos y superficie de venta, con lo que los gastos por unidad vendida son cada día más altos, desplazando el incremento de valor hacia la distribución en detrimento del productor y del transformador.
Aún me acuerdo cuando en mi ciudad había un supermercado y cuatro tiendas, todas abarrotadas. Cierto es que a la mayoría de las familias le mataban un cerdo en la aldea y que nos aprovisionábamos de patatas… en las casa de nuestros familiares y amigos.
Los tiempos han cambiado pero este incremento de las superficies de venta (algún día hablaremos en detalle) solo conduce a un dispendio en los costes de distribución que no beneficia a nadie; de hecho -creo que- la gran distribución se ve condenada a abrir nuevos y suntuosos puntos de venta, sólo para ocupar los espacios que brotaron durante la burbuja inmobiliaria; para que nadie se sitúe en su lugar.
La consecuencia es que el pequeño comercio, también en alimentación, está desapareciendo a marchas forzadas, y con la inminente liberación total de horarios, más aún.
Me gustaría creer que las lácteas apoyan a estas "obsoletas empresas", ellas fueron las que crearon un sector rico en referencias, en cada tienda unas poquitas; sobre ellas se edificaron las grandes marcas, hoy amenazadas por las MDD.
Y también tendrán que hacer algo las pequeñas tiendas, para sobrevivir en estos tiempos turbulentos.
"Hacer las cosas como todos", es una máxima sospechosa, que casi siempre significa hacer las cosas mal.
Y también tendrán que hacer algo las pequeñas tiendas, para sobrevivir en estos tiempos turbulentos.
Jean de la Bruyère
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