En el anterior post, reproduzco un correo que me enviaba un
buen amigo, en el que se quejaba amargamente sobre la exportación de nata y la
importación de leche desnatada.
http://laideantaenlacocina.blogspot.com.es/2011/04/bambas-de-nata.html
Mientras, nuestros amigos franceses compran nuestra nata
sobrante y nos venden leche desnatada a precios imbatibles. Pero ¿porqué?, ¿Qué
sentido tiene este cambio para ellos?
Como, de entrada, descarto toda conspiración franco-masónica...
Hombre, de entrada parece que´el precio de la leche desnatada en polvo hace que aún no compense demasidado encender la torres de secado, pero lo de la nata... aparte del hecho de asegurar el transporte en el viaje de ida y por lo tanto reducir los precios de transporte. Parecería que han dado con la piedra filosofal mantequera,
por la que convierten nuestro problemático excedente en una fuente de valor
añadido. Algo habrá…
Pienso que hay dos claves en la estrategia.
La primera y más evidente es que ellos consumen una mayor
cantidad de grasa láctea, ya sea en forma de nata o mantequilla… (pero ellos también son excedentarios en MG) o que son
capaces de incursar en el mercado internacional de mantequilla y materia grasa
anhidra.
Pero hay otra clave…, que se encuentra en la producción de
queso.
Mientras que nuestros queseros desnatan la leche o
incorporan fuentes de proteínas diversas para estandarizar la MG del queso de
barra al 45 %. Nuestros colegas francesas no se cortan y han llegado a la
conclusión que la mejor manera de vender grasa láctea es en forma de untuosos
quesos, que luego, medio mundo importa con fruición. Eso sí, no lonchean, ni falta que les
hace.
Así pues, en el caso de tener razón y sabiendo las claves, ¿a qué esperamos para revalorizar aquí esta materia
prima?, ¿qué nos incapacita para desarrollar estos productos?, ya sea para
nuestro mercado interno o para la exportación. De entrada nos ahorraríamos el
transporte y trabajaríamos con grasas menos degradadas por el tiempo y el
baqueteo del transporte.
Supongo que nos falta la cultura gastronómica y el glamour de nuestros
buenos amigos franceses o que hemos interiorizado tanto la cultura del aceite
de oliva que no damos para más (aunque quizás pudiéramos incorporarlo como valor añadido).
Pero, solo por el hecho ser francés ¿estás más capacitado para consumir o exportar estos productos?.
Casi casi, es una cuestión de responsabilidad colectiva, cuanto más reduzcamos el envío de nata... . Al menos, aquellas organizaciones más directamente
vinculadas a los productores, lo deberían tener claro.
Y no digo que sea fácil... .
No hay comentarios:
Publicar un comentario