Contra la monotonía láctea.

Ayer fue el día internacional de la leche. Como cada año, hicimos un gesto para acercar el mundo de la leche a los niños de Lugo, los trajimos al APL y vieron como la leche era transformada en varios productos, les explicamos las ventajas de consumir lácteos y les gastamos unas cuantas bromas blancas.

Porque en este momento, nuestros chavales reciben cientos de impactos que los estimulan a consumir  y muy pocos de estos proceden de nuestro sector. Eso si se les repite machaconamente que tiene que beber su vaso de leche al desayuno o comer su yogurt en la merienda, que es muy bueno..., pero acaba siendo una obligación y no un momento inesperado de placer.

Creo que el problema proviene de una cierta monotonía a la sometemos a nuestros niños… y a nuestros adultos. Aunque esta dinámica no solo se produce en nuestro sector, el consumidor medio tiene unos hábitos de compra bastante regulares, lo que implica que cuando se enfrenta a la selva de productos de los supermercados, suele refugiarse -semana tras semana- en los mismos productos, lácteos y no lácteos.

¿No tenemos ningún espíritu aventurero en la mesa?.

Yo creo que sí, pero cuando no nos tenemos que complicar demasiado la vida, la muestra es el creciente número de restaurantes étnicos que nos encontramos por doquier o de nueva cocina… . Con los que tratamos de romper nuestro régimen de filetes a la plancha y … . Solo hace falta un prescriptor y que nos lo den hecho.

Obviando los problemas derivados de la escala y de la productividad, en ciertas familias de productos lácteos, como son las leches fermentadas, los postres lácteos o incluso algunos quesos lácticos, el esfuerzo no es demasiado elevado, las empresas pueden ser originales cambiando el concentrado de frutas o las hierbas de rigor, una pequeña empresa puede gestionar un catálogo cambiante, con el único problema que supone el etiquetado, que siempre requiere un número mínimo de envases.

Pero en otras familias de productos lácteos esto se complica sobremanera, el ejemplo más claro lo encontraríamos en las queserías  tradicionales. Aquí las posibilidades se reducen -casi, casi- al tiempo de maduración de sus producciones, si no se quiere salir del entorno de la denominación de turno.

A mayores la distribución no entendería que le apareciéramos con decenas de productos, simplemente no tendríamos hueco.

Entonces, debido a la dificultad de gestionar estas limitaciones, ¿tendremos que renunciar a renovar periódicamente nuestra oferta?, quedándonos en el peligroso territorio en que se entra en competencia directa con las marcas blancas.

Como sabéis lo que me leéis de vez en cuando, tengo fijación con el asociacionismo entre empresas competidoras, porque cuando jugamos en una cancha gobernada por gigantes, no queda otra posibilidad que buscar alianzas con otros si queremos tener alguna posibilidad.

Un inciso: El otro día mi “banquero” me decía que con este lío de la crisis, solo sobreviran los muy grandes y los muy pequeños, los muy grandes no podían caer y porque ´muchos de los muy pequeños no habían sucumbido en la trampa de la burbuja, porque sus gestores procedían de familias que siempre habían regido sus negocios como una prolongación de su economía doméstica, pero que estos, necesitaban compartir servicios para ser mínimamente competitivos.

Entonces, volviendo al tema, de creer que puede ser interesante, ¿cómo es posible que pequeñas empresas puedan ofertar gama y variaciones sobre sus catálogos?.

En el mundo del vino, se han hecho numerosos esfuerzos en esta línea a través de los clubs de compra, alguno de ellos tienen prolongaciones alimentarias muy interesantes. Pero de ahí a los supermercados o restaurantes, hay un par de pasos que realizar.

A mi se me ocurren unos cuantos, pero seguro que hay más:

El primero es la creación de la red, con la suficiente oferta potencial y unas reglas de juego suficientemente serias.

El segundo es la necesidad de crear un marchamo reconocible por el consumidor, que no oculte su marca ni origen pero que “garantice” o “prescriba” la calidad de ese producto que nunca habías visto en tu supermercado. Y ¡darlo a conocer!.

También hay que convencer a la distribución del interés de que te dejen un espacio en sus estanterías, y no para un producto determinado, sino para que -en él- rote una gama de especialidades (todo un reto).

Y ya para acabar, el paso más complejo, lograr que la distribución regional de cada empresa juegue limpio con los productos de los competidores asociados, que deberían asumir y vender periódicamente, como si fueran suyos.

El Aula de Productos Lácteos, está de aniversario, cumplimos 20 añitos de nuestra primera actividad y queremos invitaros a todos a su celebracióndel 26 de Junio, en el salón de actos de la Escuela Politécnica Superior de Lugo.

Aún quedan algunas intervenciones de autoridades por confirmar, pero el programa será básicamente el que sigue.

4,30 El I+D en el sector quesero. D. Gregory Palomo. Director de I+D en quesería de Láctalis.

5,00 Perspectivas en I+D en leches de consumo y leches fermentadas. D. Marco Antonio Delgado. Director de I+D de Leche Pascual.

5, 30 Presentación del Master de Industrias Lácteas. D. Francisco Sineiro. Coordinador del master en Economía e Industrias Lácteas.

6, 00 Pasado, presente y futuro del Aula de Productos Lácteos. D.Juan Méndez Dónega. Responsable del Aula de Productos Lácteos.

6,30 Clausura    Autoridades locales y autonómicas.

                            Illmo. Rector de la Universidad de santiago de Compostela, Don Juan J. Casares Long.

Será un placer veros a todos, habrá vinito y queso, que ¡¡¡sabe a beso!!!.