Confieso ser un fanático de la ciencia ficción, pero como tengo una memoria atroz, espero fervientemente que alguien me complemente este post.
En vez de leérmelo de un tirón, me ha podido el vicio y aquí estoy escribiendo este post. Me da que lo del blog no debe ser muy sano.
Al grano, a pesar de la obra del laureado Paolo Bagcigalupi, encontrar alusiones a la comida en los universos SF es más raro que en otros géneros literarios o cinematográficos. Con frecuencia parece que los protagonistas no comen, supongo que será debido a la acción trepidante... que no les da ni un respiro.
Evidentemente hay numerosas excepciones, por ejemplo en las obras (post) apocalípticas, en las que precisamente el argumento se basa precisamente en conseguir algún alimento que no esté del todo podrido o en ser consumido por tus congéneres, como pasa en la maravillosa “Cuando el futuro nos alcance”.
En la mayoría, la comida fantástica se restringe al pan de elfos, a la que escupe una máquina tipo vending o la que se cocina en un puesto oriental. En cuanto a las bebidas, ahí no nos podemos quejar siempre hay un coctel echando humo en algún chiringuito.
Y los lácteos, yo solo los recuerdo en una colonia perdida de la serie Star Trek y una fantástica escena entorno a un helado de chocolate de la misma serie. Pero seguro que me he olvidado de alguna otra referencia.
Eso espero..., porque al ritmo que vamos, seguro que no me jubilo hasta que el hombre alcance la Última Frontera y viendo como anda el patio, por lo de ahora, no me apetece cambiar de sector.
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