Como muchos, pasé un año bastante gris, supongo que la situación de crisis interminable, algo tendrá que ver. Pero en estas últimas semanas he tenido la suerte de ir conociendo iniciativas tremendamente interesantes y que, de alguna manera, me han cambiado la forma de ver el sector.
Algunas de estos proyectos ya los he comentado de pasada, pero no han sido los únicos, durante estos días he conocido a gente estupenda, con proyectos ilusionantes, que siguen mirando al futuro con imaginación y esperanza; no exenta de cierta preocupación, que la situación es la que es.
Lo que más me ha interesado de estos proyectos ha sido su diversidad y su afán de romper los moldes, de salirse de los trillados caminos por los que parece que estamos condenados a arrastrarnos.
Salvo honrosísimas excepciones, durante estos años, se ha ido adquiriendo un cierto convencimiento de que en España solo era factible meter la leche en un cartón y a ser posible venderlo al menor precio posible. En el mundo de los quesos, la situación era mucho más diversa gracias a la insistencia de algunos artesano que habían logrado el milagro de salvar productos tradicionales y que se atrevían con algún invento de “autor”, empujando al resto del sector.
Esta situación era como las pescadilla que se muerde la cola, el sector durante décadas maleducó al consumidor con una escasa iniciativa empresarial, y el consumidor se acostumbró a consumir su leche UHT y su queso de barra. Menos mal que Danone impidió que ocurriera lo mismo en el sector de leches fermentadas.
Y como las costumbres son difíciles de romper, muchas de las empresas nunca llegaros a darse cuenta que los consumidores habían madurado y que le gustaba probar otros quesos y otras leches… . La consecuencia es clara: se ve en las estanterías de los supermercados y en la dirección postal de la mayoría de las empresas “españolas”.
Pero la intención de este post no es el de lamentarme del sainete nacional, cada cual hizo -en su memento- lo que pudo..., sino el de congratularme de todas esas iniciativas capaces de reinventar el sector, ojalá el ejemplo cunda y que las grandes empresas que aún quedan, tomen nota y aprendan de la osadía de estos pioneros.
Nos espera un año lleno de oportunidades, si, si, lleno de doradas oportunidades.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
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