Cuando algún nuevo emprendedor se acerca a nosotros, con el proyecto de transformar la leche en cualquier derivado…, con demasiada frecuencia viene con la mesa puesta, es decir con un lastre de inversiones realizadas que casi nunca se adaptan a las necesidades del producto que se quiere fabricar.
Esto mismo ocurre con las empresas ya asentadas, pero en este caso es un limitante preestablecido e insalvable que hay que incluir en el diseño del producto o proceso a desarrollar.
Pero en el caso de los noveles, es una pena ver como en la mayoría de los casos se han fiado de algún vendedor de material que le han explicado que su “máquina” es capaz de eso y de mucho más.
Así que, sin ánimo de ser exhaustivo, es bueno recordar a aquellos que se encuentren en la tesitura de iniciar un nuevo proyecto, algunas cuestiones sobre el orden natural de los pasos que se deben dar antes y durante la implantación del mismo.
Eso sí, me saltaré todo la parte referente a un primer proceso de vigilancia tecnológica (ver lo que hay) y al plan de empresa (analizar si nuestra idea será viable), que Doctores tiene la Iglesia.
Así que una vez que tenemos decidido que tipo de producto queremos fabricar:
1.- Diseño y elaboración de prototipos, fase imprescindible que consiste en desarrollar una gama de variaciones sobre el mismo tema, que nos permitan testar su aceptación por la suegra (muy importante para evitar el “Ya te lo decía yo”) y a ser posible por un grupo de consumidores. La cata siempre se debe realizar de forma tal que se pueda comparar el producto con le líder o con aquellos productos que se serán su competencia.
Para el desarrollo de esta fase, se puede recurrir a utensilios domésticos, a la fábrica de un amigo, a los proveedores de material o aditivos y como no a un centro tecnológico dotado de instalaciones “ad hoc”.
Durante esta fase no solo debemos conseguir el producto deseado, sino que también deberemos obtener datos importantes sobre las instalaciones y el proceso a seguir.
2.- Diseño de instalaciones y elección de proveedores. En realidad esta fase es consecuencia de la primera; si el primer paso se dio bien, este paso debería ser bastante fácil de realizar. Ojo cuando se elijen a varios proveedores para una línea, siempre tendrán la fea costumbre de echarse la culpa unos a otros y “la casa sin barrer”; por lo que una vez tomadas las decisiones, hay que asegurarse que se cruzan la información relevante entre ellos y que no aparezca ningún tipo de incompatibilidad de última hora.
3.- Diseño del espacio fabril. La nave se debe adaptar a la línea y no la línea a la nave. Esta fase también necesitaría un curso completo de diseño de instalaciones… (algún día).
4.-Programación de las adquisiciones y entrega del material. Lo que parece una tontería, pero no se suele hacer con demasiada profundidad, con lo que las fábricas se quedan en el limbo por falta de cualquier tontería
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