Las diferencias entre países son enormes, por motivos que van desde lo climático, a las características del suelo, las
razas lecheras o la tipología de la explotaciones ganaderas
de cada zona. A veces, en el mismo país, ya existen brutales diferencias ecológicas y de todo tipo entre sus regiones.
Con lo que nos podemos encontrar con explotaciones punteras a
nivel internacional y con productores que alimentan su baca en terrenos de los que ni
siquiera tiene papeles (aunque la mayoría de los ingresos de estas personas proceda
de otros menesteres, si les preguntas a qué se dedican, te dirán que son
ganaderos).
Entre las industrias que les recoge la leche, nos encontramos con líderes mundiales de
exportación de lácteos y pequeñas queserías informales que se contentan de
vender sus productos al borde de una carretera. En el medio, un universo
variopinto, plagado de empresas de todos los tamaños y niveles de modernización.
En formación y sobre todo en apoyo tecnológico desde
universidades o centros de investigación; otra vez encontramos de todo, en cada
país se hace lo que se puede, aunque me atrevo a decir que en demasiados sitios,
casi no existen estructuras dedicadas a apoyar a las empresas; en los países
más huérfanos, se nota.
De las políticas sectoriales, hablaremos otro día.
De las políticas sectoriales, hablaremos otro día.
Pero a diferencia de las lecherías más madura,
a muchas de las empresas de nuestro continente hermano se les ve mucho camino por delante
y ganas de recorrerlo. Hay de todo, es evidente, pero en muchos países las ves con
una actitud muy proactiva. El paraíso de los vendedores de tecnología.
Un gran acicate ha sido provocado por los diferentes
tratados de libre comercio, firmados con países de la zona o con USA y UE. El
resultado aún es incierto, teniendo los sectores más débiles que ponerse las
pilas y desarrollar modelos adecuados a sus realidades. En el corto plazo, la urgencia
no proviene tanto por la competencia del norte, con los que -a fin de cuentas-
tienen periodos de adaptación; sino muchas veces con países del cono sur con
los que existen salvaguardas más débiles.
Este fenómeno de internacionalización de los mercados, lo
sufrimos en España desde nuestra incorporación a la UE, el resultado es la
realidad con la que tenemos que lidiar todos los días. El stress que sufrió el
sector lácteo Ibérico fue descomunal, casi se le podía tildar de genocidio ya
que desaparecieron la inmensa mayoría de las explotaciones. Muchas no hubieran
tenido nunca futuro, pero otras si, de haberlo hecho un poco mejor, tanto los
propios ganaderos, como la industria y la administración.
A los ganaderos y a las propias empresas, desde el principio
se les enviaron mensajes confusos, que todo podemos recordar, empezando por el “no
declares lo que produces” y le torcemos el brazo a Europa o “no lo declares
todo”, no vaya a ser que hacienda se entere.
Los mensajes siguen confundiendo a muchos actores y así todo es muy complicado.
Volviendo al tema, las lecherías americanas me tienen subyugado,
su situación tiene la enorme ventaja de ver caminos que ya han
sido recorridos por otras economías lecheras, si se analizan sus recorridos se
pueden ver las trampas en que cayeron otros países y quizás, evitarlas. Pero la
desventaja existente en algunos de esos mismos sectores, suponen un hándicap importante
y una flagrante falta de competitividad; a pesar de la idoneidad de algunos
entornos.
La didáctica necesaria deberá completarse por una coherencia en los mensajes y con medias de
estímulo. Por bien que se hagan las cosas, en el camino quedaran víctimas de
la modernización, confiemos que esta selección -en la medida de las
posibilidades- sea lo más integradora y sostenible posible.
La elección del tema no ha sido fruto de la casualidad. Si
la semana pasada os comentaba la incorporación al casitodolácteo de Facebook de
Pedro, hoy me gustaría haceros participes de un segundo fichaje, se trata de
Ariel de la Fuente, que va a aportar su visión de ambos lados del charco. En fin,
una visión más coral de las realidades lácteas y su entorno.
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