Yendo al grano la receta es bien sencilla, requiere mantequilla (sin miedo), harina (un pelín), cebollas, gruyer, pan, sal y agua o caldo.
Y los pasos:
Derretir la mantequilla y añadir la harina y las cebollas, removiendo y vigilando hasta que estén blandas, añadir el agua (o caldo) y un poco de sal, dejar hervir unos minutos.
A partir de ahí es fácil, añadir finas lonchas de pan y entre ellas abundante gruyere rallado, haciendo capas.
Contundente y sorprendente sopa de invierno, a disfrutar...
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