Como es bien conocido los costes de la producción de leche depende de numerosos insumos entre los que destacan los energéticos y los derivados de la ración alimenticia ya sea de producción propia o comprados a terceros.
Por lo tanto cualquier variación en los precios de los mismos supone fluctuaciones potencialmente importantes en los costes de producción de la leche y sus derivados; aunque la lógica lechera impide un reflejo directo de estas oscilaciones.
Si visitáis NIA (National Inflation Asociation) podréis observar una interesante colección de gráficas de evolución de precios de materias primas, así como algunos análisis más o menos alarmistas, sobre el coste de los alimentos en un contexto de emisión desbocada de dólares por la Reserva Federal.
En este tren de oscilaciones al alza de los insumos-leche-productos lácteos, nos encontraremos con una cierta retracción a la baja de los márgenes de los diferentes eslabones de la cadena productiva, está claro que el consumidor, al menos en España, no está para muchas alegrías y eso lo sabe la distribución que de alguna manera hará de tapón a la industria y ….
Sean o no ciertos los augurios del NIA, todos los analistas coinciden en presagiar un futuro muy volátil con importantes oscilaciones de precio, por una parte el ganadero tendrá épocas de mayores o menores beneficios, por no decir pérdidas y por otra a las propias industrias también les será difícil repercutir las alzas de los precios de producción en sus clientes. Esto implica que será necesario que cada uno asuma en sus planes de negocio épocas de vacas gordas y de vacas flacas en las que posiblemente de deban asumir perdidas hasta la siguiente oscilación del ciclo.
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