Desde la puesta en marcha del Aula de Productos Lácteos, a principios de los 90, los promotores tuvimos claro el potencial que tenía un centro en el que empresarios, formadores e investigadores pudieran entenderse en castellano. No solo por la ausencia de iniciativas en España de centros volcados en las aplicaciones industriales, sino también por las escasas experiencias existentes en aplicaciones finalistas en el entorno latinoamericano.
Cierto es que durante los primeros años, ya tuvimos bastante trabajo intentado crear espacios de confianza con las empresas de nuestro entorno, espacio que encontramos en el campo de la formación continua. Al tener origen universitario, en principio ya teníamos ganada cierta credibilidad y si a mayores nos apoyábamos en reconocidos docentes externos del mundo académico y empresarial, mejor que mejor.
En paralelo y poco a poco nos fuimos dotando de algunas infraestructuras tecnológicas que nos permitían realizar una enseñanza práctica de calidad y pequeños desarrollos para algún que otro empresario que se atrevía a contratarnos. Hoy en día estas actividades de desarrollo han ido acaparando nuestros esfuerzos, hasta alcanzar el 70 o 80 % de nuestra facturación.
Pero volviendo a aquellos primeros años, es necesario reconocer el apoyo que encontramos en algunos proyectos europeos destinados a mejorar la formación de los trabajadores y las consecuencias que estas iniciativas tuvieron en nuestra organización.
En aquellos años, finales de los 90, Internet empezaba a imponerse en todos ámbitos de actuación y la UE casi obligaba diseñar alguna actividad en la red si se quería tener financiación para propuestas de uno u otro tipo. Así que sin demasiada convicción decidimos montar un proyecto de formación continua para trabajadores del sector lácteo gallego con una pequeña experiencia piloto de teleformación en Internet. Y el resultado fue asombroso, de repente nos encontramos con cerca de mil alumnos, la gran mayoría procedentes de Latinoamérica.
Este inesperado hecho nos reafirmo en nuestras convicciones e hizo replantearnos nuestro posicionamiento; y de estar en el Finisterre de Europa empezamos a aspirar a servir de puente entre los latinos de ambos lados del atlántico, aunque una cosa es el deseo y otra la concreción del mismo. A mayores esta aspiración se veía dificultada por el entorno en el que nos movíamos a medio camino entre la academia y las empresas, una tierra de nadie en la que había mucho por hacer y pocas rutas trazadas.
Así, durante algunos meses, estuvimos buscando algún foro en que pudiéramos presentarnos ante el sector industrial latinoamericano y que al mismo tiempo tuviera algún tinte académico que nos permitiera participar sin demasiadas estridencias. La oportunidad surgió en el año 2000 en un congreso de la Federación Panamericana de Lechería (http://www.fepale.org/) en la Habana, acto que organizaba en paralelo una feria sectorial al que nos presentamos con un pequeño stand en el que no “vendíamos” nada en particular, pero que nos permitió conocer a mucha gente, destacando los gestores de la Federación con los que establecimos una magnífica relación que fue consolidándose con el tiempo.
Al principio nuestra relación con FEPALE fue de buena vecindad, dado que ellos también realizaban algunas actividades de teleformación apoyándose en otras estructuras académicas de la región, manteniendo una plataforma en la que distintas organizaciones aportaban sus recursos formativos y a la que nos invitaron a sumar nuestros cursos a distancia. Esta colaboración fue acentuándose con el tiempo, hasta que en un segundo momento se nos invitó a participar como socios de la Federación, dado que existía la posibilidad de adherirse aún siendo de fuera de la región, esta invitación le supuso a Fepale tener un socio Español y a nosotros “representar” a España en diferentes asambleas y congresos de la federación.
En estos años de colaboración realizamos numerosos proyectos conjuntos de formación en diferentes ámbitos, destacando la creación de REDLECHE (http://www.redleche.org/) que agrupa a centros de formación y a docentes de la mayoría de los países de Latinoamérica.
Y sin darnos cuenta ya hemos cumplido los primeros diez años de nuestra relación con FEPALE y por pura coincidencia el año pasado se nos invitó a organizar la 18ª Asamblea de la Federación, que, a pesar de ser itinerante, se celebrará por primera vez fuera de América, realizándose en Lugo durante los días 27 a 29 de octubre (http://www.ctlacteo.org/fepale/).
Llegados a este punto, quizás merezca la pena explicar en que consisten las asambleas de FEPALE, ya que no existe nada exactamente similar en nuestro entorno. Las asambleas, como su nombre indica son actos en los que participan los socios de FEPALE, en las que se reúnen para discutir y analizar los proyectos de la federación, pero también son algo más, dado que se abre a otros actores, empresarios, y productores del país en el que se celebra, con el fin de ir estrechando lazos internacionales entre unos y otros, el resultado es un mayor peso específico de la asociación en los diferentes países.
Por otra parte en las últimas asambleas se ha impuesto la realización de unas jornadas técnicas sobre temáticas relacionadas con el sector, que en nuestro caso giran en torno a dos aspectos, la diferenciación de los productos lácteos y el conocimiento mutuo UE-America Látina. Y todo ello con un preámbulo en forma de work-shop sobre formación e I+D que se celebrará el día 26 de octubre (http://www.rede-real.eu/).
En todo el programa participaran destacados profesionales de América Latina Portugal y España, para ello hemos contado con el apoyo fundamental de la Asociación nacional de industrias lácteas de Portugal y de la Federación nacional de industrias lácteas de España, que han visto en esta convocatoria una interesante posibilidad para la internacionalización del sector.
Desde el Centro Tecnológico Lácteo de Galicia/Aula de Productos Lácteos y desde FEPALE confiamos que esta asamblea os resulte interesante, por el programa de actividades pero también por la posibilidad de encontraros con cualificados representante del sector lácteo latinoamericano -cuando escribimos estas líneas ya tenemos inscritas a 40 organizaciones sectoriales y empresas americanas- en un momento en el que nuestras empresas tienen la urgente necesidad de sacar la cabeza del entorno cotidiano y otear nuevos escenarios.