Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

sábado, 8 de diciembre de 2012

La internacional láctea.

A poco que os fijéis en el mapa de las compañías lácteas del continente europeo, veréis como la mayoría de las empresas exitosas han superado las fronteras de su país de origen para adquirir volumen, es normal, la leche es un bien escaso incluso en los países excedentarios y si se desea mejorar la competitividad de las empresas.








Este razonamiento parecería normal en empresas privada como Nestle o Lactalis, pero empieza a sorprendernos cuando hablamos de estructuras de base cooperativa como Arla o Campina. Porque, si es complicado poner de acuerdo a los vecinos de una comarca, mucho más debe serlo, si unos son Alemanes y otros Suecos.

¡Salvo que la necesidad obligue!.

La necesidad radica en que en casi todas las especialidades es necesario pensar en plantas de al menos un millón de litros, tanto por la optimización de la línea principal de producción como por la gestión y valorización de los coproductos.

Por otra parte, los comerciales de las empresas del sector se sientan con gigantes de la distribución con una visión clara de acaparar cuota de mercado, lo que supone incrementar su superficie comercial y sus clientes finales no están dispuestos a pagar el exceso de lineales y cajeras que invaden nuestras ciudades, con lo que alguien lo tendrá que pagar.

Si ese alguien no tiene el tamaño necesario para mantener un cierto equilibrio en la negociación y -en su caso- desviar la leche que no pueda vender en un canal determinado a otro… .

Por su parte, los esfuerzos para internacionalizar los mercados requieren un esfuerzo enorme, no se pueden improvisar y las empresas medianas muchas veces no tiene los recursos económicos ni de personal para acometer mercados exóticos, en los que ya están implantados aquellos que si tienen los medios para hacerlo.

¡Nada que hacer!.

Así que,  en tiempos de gigantes, como no se tomen medidas encaminadas a conseguir tamaño, el futuro solo puede ser triste para los personalismos.

Adquirir tamaño no soluciona todos los problemas y los precios de la leche en zonas dominadas por grandes empresas no tienen por qué ser mucho mejores que donde reina el minifundio, pero algo ayuda. 

Desgraciadamente la política de precios viene marcada por extrañas reglas de un mercado mundializado, en el que las pequeñas producciones de Nueva Zelanda o Uruguay marcan los precios de referencia.

Quien desde luego no va a marcar ni los precios ni el futuro del sector, será la clase política; aquellos que pongan sus esperanzas en sus palabras… . Yo no voy a dudar de sus buenas intenciones, solo faltaría que no las tuvieran, pero su capacidad de negociación en este triangulo endiablado formado por productores, empresas y distribución… . 

¡Mínima!

Bueno, ya para ir acabando, como la unión hace la fuerza y hay que dar ejemplo, al casi todo lácteo de Facebook se ha incorporado uno de los sabios de la península, D. Pedro. La página se enriquece enormemente con sus aportaciones en portugués. Ojalá, también, en algún momento, nuestras cooperativas o empresas ibéricas se integren de una u otra forma.

La alternativa será ver como nuestras empresas acaban en manos menos sensibles a la realidad de nuestros ganaderos.



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