Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

lunes, 10 de enero de 2011

Quesos Arcadio.

Como todos los sábados por la mañana, me he pasado por la Plaza de Abastos de Lugo, el mercado tradicional  donde aún se puede comprar los mejores manjares, cara a cara. Y como no, me fui a comprar unos quesos por el puesto de Arcadio.


En esta quesería han trabajado ya dos generaciones y tienen desde siempre unos magníficos quesos artesanos de la zona, su secreto ha sido el de tener fidelizadas a unas magníficas artesanas y dejarse de aventuras. El resultado es que siempre han tenido una clientela también muy fiel, y aunque se dice que es un poco carero, nunca he oído a nadie quejarse de los quesos frescos de Friol, de los Ulloa o de los San Simón que allí se encuentran.
El cambio generacional del puesto, coincidió con la llegada de nuevas costumbres alimentarias y de alguna manera aquella clientela de quesos tradicionales fue envejeciendo.
Así que la nuera de D. Arcadio, siempre conservando aquellos productos que le habían dado fama al puesto, decidió ampliar su gama con otros quesos  en el intento de rejuvenece un poco a la parroquia que por allí se pasaba. Aparentemente el ensayo le salió bien y me dice que es frecuente que gente joven vaya a comprarle un par de tacos de queso “para picotear”.
La selección de productos que tiene es un tanto peculiar, habiéndose especializado en los inevitables quesos de veja (muy bien elegidos) pero también otros quesos españoles (muchos de ellos canarios) e italianos con pinceladas de algún queso francés o suizo.
Ante esta abigarrada selección, un día le pregunté que cual era el criterio de su elección; a lo que me comento, que seguía con las costumbres del suegro, tener proveedores de confianza con buen producto y que dentro de lo que le ofrecían, procuraba no repetir aquellas referencias que también se podían encontrar en los supermercados, que con ellos era muy difícil de competir en precio y así nadie le discutía el precio.
Los sábados por la mañana por allí se ve poca juventud, ¿habrán trasnochado?. Pero a mucha de la clientela la vas reconociendo de semana en semana y no solo comprando los afamados quesos de la tierra, aunque estos sigan marcando las preferencias del personal.
Creo que la sabiduría de este puesto tiene más que una lección que dar a nuestros queseros, que cada uno saque sus conclusiones.

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