Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

sábado, 8 de enero de 2011

La nata de la leche.

Históricamente, la nata y la mantequilla han sido en todo el mundo las partes más nobles de la leche, así en unos países se les ofrecían a los dioses (los Vedas de la India se la ofrecían clarificada o Ghee, y mezclada con miel los Judios la denominaban la “dieta del Mesias”). Más prosaicamente, nuestras más respetables industrias y puntos de venta se denominaban mantequerías y cremerías.



Evidentemente los tiempos han cambiado y nuestras nuevas ofrendas se realizan a Apolo -en templos repletos de máquinas aeróbicas- son forma de sudor y de dietas bajas en calorías. Todo ello para conseguir  cuerpos a imagen del Dios imperante.
En este contexto las natas y mantequillas han quedado relegadas al más negro de los rincones de la industria láctea. Solo consumimos leche parcialmente desnatada (la desnatada es que no sabe a nada) y yogures aligerados. La conclusión de este fenómeno es claro, sobra nata en casi todas las empresas, y nuestros hijos son cada vez más obesos, bonita contradicción.
Así que si sobra materia butírica, se supone que no debería haber nadie que la quisiera y su precio debería estar por los suelos ¿o no?.
Si miramos nuestro entorno nacional, parece que si, es evidente que somos claramente excedentarios de este coproducto, pero lo curioso es que de momento estamos encontrando quien lo compre ya que nuestros vecinos parece que han visto algún tipo de solución a este denostado producto. Así en último año hemos exportado hasta septiembre la friolera de 11.600 Tm de nata, casi 16.800 de mantequilla y 3.700 de aceite de mantequilla. Cifras se repiten en los históricos de los últimos años variando de unos a otros la relación mantequilla/nata pero siempre con saldos netamente exportadores.
Y a que precios…, de momento estamos en máximos históricos si exceptuamos la locura del 2007, así aún hoy la mantequilla francesa a granel se cotiza a más de 4,1 €/kg de materia grasa y en las subastas de futuros de Fonterra la materia grasa anhidra acaba de remontar a los 4,6 €/kg de media, con un incremento de precios (al igual que en la leche en polvo desnatada) superior al 10 % sobre la anterior cotización de diciembre.
Este panorama se puede explicar en base a varias circunstancias, las ya citadas (en anteriores aportaciones) inclemencias metereológicas, o a que hay países que no le temen a los michelines o que debido a condiciones económicas favorables, en los BRIC y en los países exportadores de petróleo hay más gente consumiendo lácteos.
Dentro de la UE, me da la impresión que hay otro par de factores adicionales a tener en cuenta, por una parte la producción ha descendido en numerosos países y quizás algunos industriales han descubierto que la manera más rentable de vender la materia butírica es en forma de quesos.


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