Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

viernes, 2 de noviembre de 2012

La chamba.

Hace unos días oí por primera vez esta palabra que no conocía, por si las moscas la busqué en el diccionario, encontrando la siguiente definición (América): Empleo, trabajo, sobre todo el eventual y mal pagado.


Como todo en esta vida es mejorable, todos nos podíamos referir a nuestros trabajos como chambas, pero lo cierto es que en la situación general de nuestro anquilosado continente, los que aún trabajamos nos deberíamos referir a los mismos como “privilegiados y remunerados puestos de realización personal”.
Y es que no está el horno para bollos.

Sin embargo, lo que ocurre con frecuencia, es que aún nos creemos que nuestras sillas son inamovibles y que nuestra aportación es imprescindible para el futuro de la organización en la que se nos obliga a pasar la jornada laboral y para la sociedad en genral. Y que cada esfuerzo que se sale del guion se nos debe compensar de una forma u otra.

En fin. Todos somos en menor o mayor medida culpables, y probablemente más que nadie el empresariado que no repartió la riqueza que se generaba durante las vacas gordas y ahora pretende socializar las miserias.
Pero algo está cambiando… .

Antes un poco de historia...

Cuando aún notábamos el frío de la anterior crisis, dos alumnos llegaron a mi despacho pidiendo que les dejaramos limpiar la planta piloto,  en sus ratos libres y gratis, que algo aprenderían. Hoy seguimos siendo amigos; una parte de su desarrollo personal y del mio han sido fruto de aquella petición.

Con la bonanza económica, todo cambió, era necesario buscar “voluntarios”, pero pagando, claro. Lo que por otra parte es completamente lógico, cuando hay posibilidades.

Esta semana me llegó otro alumno con el mismo planteamiento,  ¡para lo que hiciera falta!, otra vez el mismo escenario y la necesidad de conseguir un poco de experiencia que poner en el CV.

Desgraciadamente, le tuve que decir que no, que la actual legislación laboral no lo permitía y que tampoco podía generar un contrato nuevo en esta época de convocatorias cerradas y… .

Porque trabajos si que van apareciendo, pero no para los barbilampiños (como me los definieron hace una temporada) y contratar a un novel requiere más inversión y dolores de cabeza que beneficio. Desgraciadamente, en la mayoría de las organizaciones no sabemos aprovechar la creatividad que solo se tiene a esas edades.

Me da la impresión que en los próximos tiempos, van a seguir llamando a mi puerta más jóvenes con aspiraciones, que preferirían tener una chamba que poner en su CV, que nada. Algunos con un potencial brutal, solo necesitan una oportunidad y de momento no se la voy a poder dar.

Dándole muchas vueltas, habría la posibilidad, que las empresas se mojasen y fueran ellas las que generaran algún tipo de contrato para que jóvenes titulados desarrollaran la mayor parte de su actividad en centros tecnológicos/universidades… para que pudieran tener una experiencia profesional sin necesidad de tener que tutorizarlos todo el tiempo en sus instalaciones, evitando así buena parte del proceso de aprendizaje y del resto de inconvenientes (la famosa formación en alternancia, que no estoy inventando nada nuevo, pero esta vez dirigida a posgraduados). La convocatoria de estas plazas, creo que sería un éxito y atraería a los mejores.

El sector necesita una nueva generación de técnicos lista para relevar a los que pintamos canas, el problema es que ni las empresas ni los jóvenes lo tienen claro.

El lunes me pongo y empezaré a correr la idea. Lástima que ya empiece con cierta sensación de fracaso, aunque nunca se sabe.

Si a alguien se le ocurre una idea o trabaja en una empresa que esté interesada en participar, que no se lo calle.



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