Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Cerrar la cadena de valor.

La mayor virtud de los primeros compradores, es la de servir materias primas con composición ajustada a las necesidades de las empresas lácteas; evitando los excedentes de materia grasa. Pero aún así en algunas fabricaciones se producen cantidades importantes de coproductos como son las aguas blancas, el suero de quesería y la mazada… . El modelo productivo de las PYMEs lácteas conduce inevitablemente a ser deficitarias en ciertos componentes de la leche y a producir excedentes de materia difícilmente valorizables.


Aún me cuesta entender que algunas empresas presuman de exportar cisternas con excedentes de nata a nuestros vecinos galos, que nos la devuelven en forma de productos de alto valor añadido.
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El problema es que solo los grandes grupos industriales son capaces de poner en valor la integridad de la leche que adquieren en el campo, sus múltiples líneas de fabricación permiten craquear la leche en sus diferentes componentes y destinarlos a diferentes productos.

Esta desventaja de las PYMES dificulta enormemente la optimización de los escandallos, ya que los excedentes son frecuentemente difíciles de ceder a su justo precio, mientras que la materia requerida es generalmente cara. Como en otros sectores, en el nuestro, cada material tiene dos precios, el que se obtiene cuando lo quieres vender y el que te piden cuando lo quieres comprar. En el lácteo esta situación se agrava debido a la caducidad de la leche y sus derivados, trocando el "querer vender" por la acuciante necesidad de venderla a cualquier precio.

Por si fuera poco, a esta argumentación le tenemos que añadir una crónica falta de liquidez, que se ha agravado en los últimos tiempos, tanto para la adquisición a terceros de materias primas, como para acometer las inversiones necesarias para la revalorización de los coproductos.

Mirando lo que ocurre a nuestro alrededor, se me ocurre pensar en soluciones basadas en el intercambio de bienes como una posible solución al problema descrito, en el estilo de iniciativas ya existentes. Lo que permitiría una optimización en el acopio de materia y valorización de coproductos entre las empresas.

Y siguiendo con esta lógica, también se podría pensar en el intercambio de capacidad productiva o de tiempo sobrante de los técnicos de cada empresa, aunque solo fuera para las auditorías de los procedimientos de aseguramiento de calidad, ... o fuerza de ventas... con el nivel de especialización que estemos dispuestos a asumir.

Un último paso podría ser el de los servicios financieros, en el que también existen iniciativas bien interesantes y que han dulcificado los momentos de crisis en entornos concretos (el anterior enlace del Banco WIR es especialmente recomendable ya que presenta algunas soluciones prácticas para este tipo de estrategias).

Para que un proyecto -de estas características- fructifique, se deberán conjuntar numerosas circunstancias: empresas de diferente perfil y posiblemente una instalación industrial (aunque también pudiera ser de carácter distribuido aprovechando capacidades existentes entre los socios) que permita el craquing de la leche y la valorización de excedentes, o en su caso su deshidratación directa o venta organizada a terceros. A lo que habrá que sumar un gran conocimiento en logística, un soporte técnico considerable y sobre todo una gran dosis de buena voluntad por parte de todos.

La capacidad de cooperación entre nuestras empresas sigue siendo la que es, pero como la necesidad -muchas veces- agudiza el intelecto, no descarto que en el futuro algunas empresas acudan a sus vecinas para algo más que pedirles prestada una botella de sosa Dornic.

La instauración de redes de cooperación no es nueva, solo hace falta mirar las ventajas que han supuesto para el sector las denominaciones de origen... o las maquilas. Pero hace falta algo más, ya sea desde la iniciativa estrictamente privada o mediante la creación de consorcios. En caso contrario las PYMES lo tendrán difícil en territorio de gigantes.

Pura utopía (?).


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