Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

sábado, 7 de abril de 2012

Los productos lácteos y la salud, útiles y deseables.

En estos últimos tiempos hemos observado como la responsabilidad de nuestra salud ha derivado desde el entorno hospitalario al de nuestra forma de vida; la mayoría hemos asimilado la necesidad de desarrollar un conjunto de buenas prácticas que nos eviten las visitas a los centros de salud, cuidando nuestra alimentación, evitando hábitos perjudiciales como el tabaquismo (jajaja)… y realizando algún tipo de actividad física.

MODULO REFLECTANTE CRUZ ROJA



La prueba del 9 es el negocio que está generando esta tendencia, y que podría ser superior si aquellos alimentos saludables fueran -a mayores- deseables. En este sentido creo que la industria láctea ha sido precursora, desarrollando alimentos activos que encima saben bien y que se pueden situar como la opción preferida de muchos consumidores, tanto por sus potenciales beneficios como por sus características organolépticas. En este sentido la industria tiene que explicar a los consumidores de forma veraz y contrastada que los lácteos son algo más que una excelente fuente de calcio a un precio más que asequible.

La utilidad de los nutrientes intrínsecos de nuestros productos lácteos ya se ha ido comentando en este blog, aquí y aquí, pero en estos últimos meses -AEFSA aparte- se han seguido referenciando algunas de sus posibles propiedades beneficiosas, que os paso a comentar, aunque algunas de ellas se puedan haber citado en anteriores entregas.

Dado lo variado de las noticias aparecidas en estos tres últimos meses, empezaremos por las referidas a lactantes y gente pequeña: En este epígrafe destaca el dictamen sobre la idoneidad de las proteínas de leche de cabra en las fórmulas infantiles y de crecimiento. En esta misma línea han aparecido sendos estudios sobre el interés de añadir agentes prebióticos o microorganismos probióticos a dichas formulas para mejorar la inmunidad de los lactantes.

Pero como la leche no es solo una buena opción para niños, se han realizado trabajos sobre el yogurt fortalecido en vitamina D y la salud cardiovascular, otros analizaron la la reducción del riesgo de aparición de diabetes tipo 2 (aquí y aquí).

Cambiando de tema últimamente se está comentando el interés de las proteínas de suero en las dietas de desintoxicación y su papel (junto a la caseína) en las que tienen como objetivo la pérdida de peso, aunque sobre la relación inversa de obesidad-lácteos se ponga en entredicho el papel del calcio.

En cuanto a la grasa láctea, se sigue estudiando la influencia del CLA en la reducción del los trastornos del corazón y del cáncer; unas de las muchas supuestas características los ácidos grasos omega 3 y 6. Aunque sobre este tema os aconsejo leer este post y este otro, como todos los de scientia no tienen desperdicio.

También con respecto al cáncer destaco el trabajo realizado sobre la influencia de los exopolisacaridos producidos por numerosas cepas de leches fermentadas en la prevención del cáncer de colon y el de la lactoferrina de la leche en el cáncer de mama.

Y para los que empezamos a ir mayores, si queremos tener los huesos fuertes, entre 3 y 4 vasos de leche al día, como beneficio añadido a la aspiración de una vejez saludable, con un buen desempeño de la función cerebral y una mejor memoria.


Y para acabar una advertencia sobre el consumo de leche cruda, ojito….

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