Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

jueves, 30 de diciembre de 2010

Un poco de complicidad, por favor.

Cuando se compite con gigantes, es difícil llegar al consumidor, el mensaje de los poderosos llega por infinidad de medios, mientras que el de los pequeños casi no se oye ni a la puerta de la fábrica.


El autismo que se impone a la pequeña empresa hace que algunos productos interesantísimos languidezcan debido a que el consumidor no llega a conocerlos jamás. Mientras que otros terriblemente banales tienen éxito a golpe de spot.
Cuando apareció Internet, hubo un momento en que pensé que por fin teníamos un escaparate en el que todos seríamos iguales ante el mercado y que con un poco de imaginación podríamos dar a conocer nuestros productos ante un público global. Con el paso del tiempo y observando la forma de navegar de la gente, me he dado cuenta (y es una percepción personal) que casi nadie pica en los banner, y que te olvidas rápidamente de cuales salieron en la pantalla anterior, salvo en el caso de aquellas marcas que utilicen este canal para reforzar su ya conocida marca. Esto no impide que algunas estrategias de marketing por Internet hayan tenido un sonado éxito con inversiones relativamente pequeñas. En todo caso, no se lo que se ganará con estar en la red, pero si tengo claro que lo que no se puede hacer, es no estar.
Pero volvamos al entorno de nuestra hipotética empresa, ya que es allí donde en teoría nos debíamos poder hacer oír con mayor facilidad, por una parte en la empresa trabaja gente de la zona con lo que aunque solo fuera con el boca a boca debería ser fácil transmitir las bondades de nuestro productos, además estas personas compran otros alimentos en las tiendas de la zona, con lo que se supone que estas deberían considerar el tener nuestros productos en sus estantes… ¿o no?.
Desgraciadamente en muchos casos es difícil encontrar los productos elaborados localmente en los supermercados de la misma población ya que las decisiones de compra se toman demasiado lejos del punto de venta. Así el queso de Villaconejos solo se encontrará en la gasolinera de Villaconejos, en la tienda de la Tía Paca y con suerte en la casa de Turismo Rural del lugar, pero dificilmente en el Mercadona o Día de la misma población.
¿La inclusión de las referencias hechas en una zona supone un desafío insalvable para la distribución que opera en la misma?, no me lo puedo creer. Cierto es que parece más sencillo adquirir gamas completas a multinacionales conocidas en todo el territorio de operación de las cadenas de distribución, pero entonces ¿que posibilidades les dejamos a las empresas de menor tamaño y notoriedad?.
 Estas políticas de compras son “fáciles” de entender en las multinacionales de la distribución o en las grandes cadenas nacionales, pero en las de carácter regional…, y si además presumimos de ese apego al territorio

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